No cumplir con tu lista de actividades no es el fin del mundo
Si nadie está juzgando tu lista de actividades, ¿por qué lo estás haciendo tú? Tener y mantener una mentalidad sin prejuicios es fundamental para el éxito de tu planificación, por lo que debemos evitar el impulso perfeccionista de considerar que fallar en parte de nuestro plan es fracasar en el día completo.
Lo primero es tomar tu lista de actividades e identificar qué actividades quedaron incompletas, para luego evaluar la razón de que no se hayan terminado o empezado:
Algunos ejemplos:
Falta de eficiencia
Tiempo incorrecto asignado a cada actividad
Hacer actividades de otra persona
Interrupciones
Desmotivación para empezar o continuar
Distracciones
Es ideal identificar cuál es esa razón que se repite para poder armar un plan de acción que te permita superar esta frustración y aprender en el camino, recuerdo que la planificación es un proceso, por lo que conlleva autoconocimiento, adaptación y flexibilidad.
Es así de simple: Cuando se acabó el día y alguna actividad quedó sin hacer, no queda más que reubicarla dentro de la semana.
Para reubicar de forma exitosa es clave saber priorizar, para que estas actividades que queden pendientes siempre sean tareas que al postergarlas no generen un impacto negativo.